Bundesliga, aquellos maravillosos porteros de los 80’s
La Bundesliga siempre se ha caracterizado
por la cantidad de buenos guardametas que han militado y militan hoy día en sus
equipos. Es bien sabido que en Alemania se trabaja a conciencia para que
desde niños los futuros guardianes de la portería adquieran unos
conceptos técnicos que van siendo pulidos a medida que van ascendiendo en los
distintos escalafones de los clubes que les forman, en su inmensa mayoría modestos
clubes sin relación alguna con el fútbol profesional.
Por ello, los conjuntos alemanes suelen
encomendarse tradicionalmente a porteros nacidos y formados en el país, ya que
por calidad y cantidad suele haber un amplio mercado nacional en el que elegir,
pero sin que ello signifique que los aficionados no puedan disfrutar también de
un pequeño elenco de guardametas foráneos que aportan su granito de
arena a la hora de mantener, o incluso elevar, el nivel de la Bundesliga
en lo que a ese puesto en concreto se refiere.
Sin embargo, no pretendemos analizar en este
modesto artículo el nivel actual de los inquilinos de la portería en los
distintos equipos de la máxima categoría del fútbol alemán. Hoy en día el
campeonato germano goza de una amplia difusión en los medios y no resulta
complicado hacerse una idea más o menos detallada de las cualidades de este o
aquel guardameta. No, nuestra idea es hacer un pequeño viaje en el tiempo y
retrotraernos tres décadas hasta nuestra propia adolescencia, cuando uno seguía
con verdadera devoción las evoluciones de aquellos maravillosos porteros de
los años 80.
Simplemente a modo de referencia, aunque también
teniendo en cuenta la cantidad de jugadores míticos que militaron en la
Bundesliga bajo los palos en aquel año, nos hemos decantado por 1983 en
concreto. Espero que disfruten leyéndolo de la misma manera en que yo lo he
hecho escribiéndolo y recordando una época para mi irrepetible en muchos
sentidos.
Vamos allá con nuestro ránking particular:
1. Harald “Toni” Schumacher (1. FC Köln): Sin duda, uno de los mejores
porteros en la historia del fútbol alemán. Por aquel entonces ya llevaba diez
temporadas en la Bundesliga, y siempre en el Colonia, conjunto con el que
debutó en 1973 a la edad de 19 años. Además, Schumacher era el titular de la
selección germana y venía de ser subcampeón del mundo un año antes. Bajo los
palos se caracterizó por sus reflejos, colocación y seguridad, pero sobre todo
por su fuerte carácter y personalidad. Apodado “Toni” en honor al mítico Toni Turek,
campeón mundial en 1954, la publicación de su polémico libro “Anpfiff” forzó su
salida del 1. FC Köln tras disputar 422 partidos de liga, 67 de competición
europea y 55 de copa con los renanos. Jugador del Año en Alemania en 1984 y
1986. Campeón de liga en 1978, y de copa en 1977, 1978 y 1983. Una leyenda kölner.
2. Ulrich “Uli” Stein (Hamburger SV): Muchos le consideran el mejor
portero en la historia del HSV. Había llegado al conjunto hanseático en 1980
tras cuatro campañas en el Arminia Bielefeld. En Hamburgo ganó dos ligas (1982
y 1983), una copa (1987) y, sobre todo, la copa de Europa (1983). Su enorme
calidad no tuvo refrendo bajo los palos de la Mannschaft debido a la presencia
de Schumacher, con el que siempre tuvo una enconada rivalidad. Su colocación y
capacidad de reacción eran sus mejores cualidades, siempre unidas a su carácter
y dotes de mando en el área. Dejó el HSV en 1987 tras agredir al delantero
Jürgen Wegmann (Bayern) después de encajar un gol postrero en la final de la
supercopa alemana. En 1994 volvió al Hamburgo para disputar una última
temporada. En total, defendió la camiseta con el rombo en 228 ocasiones.
3. Jean-Marie Pfaff (Bayern München): Toda una leyenda del fútbol belga
y mundial. En 1978 fue premiado como Mejor Jugador de Bélgica y en 1987 la
IFFHS le consideró como el mejor portero del mundo. En 1983 acababa casi de
llegar al cuadro muniqués procedente del modesto SK Beveren, con el que había
cuajado varias campañas a un nivel excepcional, pero ya en su primera temporada
mostró toda su valía. Y eso que en su debut se marcó un curioso autogol ante el
Werder. Bajo los palos Pfaff era simplemente un porterazo que, cuando tenía los
biorritmos a tope, era prácticamente imposible hacerle un gol. Además, por sus
espectaculares intervenciones era toda una alegría para la vista verle en
acción. En seis años jugó 156 partidos con el Bayern, suficiente para quedar
para siempre en la memoria de los seguidores del equipo.
4. Ronnie Hellström (1. FC Kaiserslautern): Otro mito del fútbol mundial que
durante diez años hizo alarde de su clase en la Bundesliga. En 1983 ya estaba
en el ocaso de su carrera, puesto que había llegado al 1.FCK en 1974 desde el
Hammarby IF sueco. Precisamente aquel año encandiló al mundo durante el
campeonato del mundo disputado en tierras germanas. Fue 77 veces internacional
con Suecia, y en 1971 y 1978 lo eligieron como Futbolista del Año en su país.
Era un portero de portentosos reflejos, seguro y siempre bien colocado, aunque
en la retina de los aficionados quedarán grabados sus increíbles vuelos
salvando balones imposibles. Disputó 266 encuentros de Bundesliga con el
Kaiserslautern, siendo considerado de forma unánime como el mejor guardameta en
la larga historia del cuadro palatino.
5. Dieter Burdenski (Werder Bremen): Todo un icono a orillas del Weser.
Llegó al cuadro de Bremen en 1972 tras una sólida campaña en el Arminia
Bielefeld, y allí se quedó hasta 1988 acumulando un total de 444 partidos, más
que ningún otro jugador en la historia del Werder Bremen. Su único título lo
logró curiosamente en 1988, cuando en su última temporada como profesional
formó parte del equipo que ganó la Bundesliga aquel año, si bien por entonces
era el suplente de otro portero de larga y excelsa trayectoria como Oliver
Reck. En sus inicios le tocó protagonizar el famoso “escándalo” en el que se
vio envuelto el Schalke 04 en 1971, mientras que en 1980 vivió el único
descenso sufrido hasta la fecha por el Werder. Sobriedad, seguridad y una gran
capacidad para dominar en el área, también sabía ser espectacular cuando la
ocasión lo requería.
6. Helmut Roleder (VfB Stuttgart): fue el verdadero prototipo de lo
que significa ser un “jugador de club”. Salido de las categorías inferiores del
propio Stuttgart, permaneció en el primer equipo suabo nada menos que 18
temporadas. Disputó un total de 347 partidos entre primera y segunda división,
y eso que se vio obligado a retirarse dos años antes de finalizar su contrato
debido a una artrosis de cadera. Ya desde muy joven Helmut mostró un gran
talento para la portería, tanto que en juveniles dejó en el banquillo de la
selección a un tal Harald Schumacher. Como guardameta iba bien tanto por abajo
como en los balones aéreos, reaccionaba con grandes reflejos bajo palos y
siempre mantenía el orden entre sus defensas. En 1984 integró aquel histórico
VfB Stuttgart que se alzó de forma inesperada con el título liguero en cerrada
pugna con el HSV.
7. Rudi Kargus (1.FC Nürnberg): Todo un cásico de los años 70 y
80. Tras disputar 9 temporadas y 254 partidos con el HSV, club con el que ganó
la copa en 1976, la Recopa en 1977 y la liga en 1979, ya se le daba poco menos
que por ‘acabado’ para el fútbol de élite y decidió terminar su carrera
profesional en el Nürnberg (1980-1984), donde siguió demostrando sus grandes
cualidades entre los tres palos. Siempre con los pantalones hasta la rodilla y
su melena rizada como elementos distintivos, Kargus era un portero intuitivo,
listo y de grandes reflejos que detuvo nada menos que 24 de los 70 penaltis que
le lanzaron a lo largo de su carrera, un record que aun hoy se mantiene en los
anales de la historia de la Bundesliga. El desgaste mental al que le sometió el
fútbol hizo que tras su retirada se refugiara en el arte, siendo hoy un pintor
expresionista de cierto prestigio en su país.
8. Bernd Franke (Eintracht Braunschweig): Aunque desarrolló la mayor parte
de su carrera en un equipo modesto, Franke siempre mostró un nivel competitivo
y una calidad que incluso tuvieron reconocimiento a nivel internacional (7
partidos y casi medio centenar de convocatorias con el seleccionado alemán),
siendo sin ir más lejos el suplente de Schumacher durante el Mundial’82. A sus
espaldas dejó 423 presencias con el Eintracht Braunschweig (345 en Bundesliga),
cuya meta defendió a lo largo de 14 años. En 1973 fue el primer portero de la
Bundesliga en lucir publicidad (Jägermeister) en su camiseta. Su gran
oportunidad llegó en 1979, cuando un accidente de Sepp Maier hizo que el Bayern
München se interesara por sus servicios, pero él prefirió seguir en
Braunschweig. Muy completo bajo los palos, le apodaban “El Águila” por sus
increíbles vuelos. Se retiró en 1985 tras recibir una oferta para trabajar como
representante de la firma Adidas.
9. Eike Immel (Borussia Dortmund): Uno de los ídolos de nuestra
infancia. Debutó en el BVB con solo 17 añitos. Corría el mes de agosto de 1978
y su equipo ganó por 1-0 al poderoso Bayern München. A partir de aquel día su
carrera no hizo más que crecer. A finales de 1980, con apenas 19 años, se
convirtió en el portero más joven en debutar con la selección alemana. La
presencia del intocable Schumacher primero, y más tarde las diferencias
personales con el seleccionador Beckenbauer, dejaron su cifra de entorchados
internacionales en solo 19. En 1886 dejó el Borussia Dortmund (247 encuentros
en ocho temporadas) para fichar por el entonces más pujante VfB Stuttgart,
donde en 1992 ganó liga y supercopa de Alemania. Rápido de reflejos, vistoso en
muchas de sus intervenciones, decidido en las salidas y con personalidad, sus
534 partidos en la Bundesliga solo son superados hoy día por Oliver Kahn entre
los porteros.
10. Ralf Zumdick (VfL Bochum): Posiblemente sea el menos conocido
de nuestro Top-10, pero no por ello dejó de ser un porterazo, posiblemente el
mejor que hayan visto nunca en la pequeña ciudad de Bochum, a orillas del Ruhr.
Criado en la cantera del histórico Preussen Münster, no ganó nunca un titulo ni
llegó a debutar con la Mannschaft (fue convocado dos veces), pero en sus 14
campañas y 283 partidos con el VfL Bochum dejó una impronta de guardameta
sólido, con personalidad a la hora de mandar en el área y dotado de unos
movimientos felinos gracias a su capacidad para reaccionar en décimas de
segundo. No es de extrañar por ello que a Zumdick le apodasen “El Gato”
(Katze). Como curiosidad, se dice que en los entrenamientos nadie lanzaba los
penaltis mejor que él. Los fans le adoraban y estaban convencidos de que con
Ralf bajo los palos el Bochum nunca se iría a segunda división. Tras su retirada
en 1995 ha desarrollado una amplia carrera como entrenador.
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